Hola chicas:
Cada vez es más común ser madre muy joven pero cuando me tocó a mí experimentar la mayor experiencia del mundo todo era distinto: no había euros, sino pesetas, España no estaba en crisis y por si esto fuera poco, los tiempos que corrían hacía que hasta se viera mal eso de ser madre soltera…
Los tiempos, afortunadamente han cambiado en muchas cosas, y lo que ayer era negro hoy, vuelve a ser blanco, algo que por otra parte en mi caso no tiene la menor importancia ya que al conocer que estaba embarazada tuve muy claro que pese a lo que pensaran los demás: ¡Iba a ser madre!
Desde aquella fecha, hoy 4 de abril se cumplen 18 años.
Dieciocho años de aquel día en el que vino al mundo mi hija Araceli. Dieciocho años de aquella inolvidable experiencia de ser madre, de traer al mundo un hijo, de sentir esa magia tan especial que se siente cuando eres capaz de dar vida…
Por ello, el ‘look’ de hoy no es de algo que esté de tendencia como una rebeca, una blasier o esos jeans; el ‘look’ de hoy es para algo que no pasa de moda: el amor a una hija.
Esa criatura que durante nueve meses se ha formado dentro de ti, creciendo a la par que lo hace tu vientre en busca de esa primera toma de contacto con esto que llamamos vida.
¿Hay algo más grande en este mundo que una sonrisa cómplice con un hijo?
El camino no ha sido fácil pero sin duda ha merecido la pena.
Como reza el refrán: “La madre y la hija por dar y tomar, son amigas”
Ni la crisis puede con el amor de una madre ya que el corazón de una madre es el capital que nunca quiebra y con el que se puede contar siempre con total seguridad.
Pasarán los años, podremos reír, llorar, pero pase lo que pase, ese hombro en el que te apoyas siempre será tu mejor aliado. Te quiero Arita.
Un ‘look’ sencillo, como tremendamente sencillo es amar a una hija.
¡Adivinanza! ¿Cuál de las dos es la que cumple 18 años? jajaja…
La mirada orgullosa de una madre de ver como su hija se hace mujer. ¡Felicidades vieja!
Este ‘look’ de hoy está realizado con productos de primera calidad, diseños modernos, atrevidos, y a la vez con ese toque clásico que nunca pasa de moda que hacen de esta ‘prenda’ llamada amor la mejor herencia que una madre pueda dejar a una hija, porque si algo perdurará pese al paso de los años… ese es el amor de una madre y una hija.
